Fotos de aquella cena entre dos grandes y célebres amigos. Sabemos de la admiración que Twain profesó a Helen desde que ésta era una niña y comenzaba a abrirse paso desde la oscuridad gracias al tesón, la dedicación, la voluntad de Anne Sullivan y a sus propias dotes naturales unidas a un esfuerzo descomunal y unas ganas impresionantes de aprender, abarcar, conocer, entender.
domingo, 6 de octubre de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)