lunes, 8 de mayo de 2017
Canto la Misa en Si Menor de Bach.
El coro de la Orquesta Ciudad de Granada va a cantar la Misa en Si Menor de Bach. En marzo propuse a Héctor Eliel, su director, agregarme como soprano, mas desgraciadamente esa cuerda ya se halla más que cubierta; es el motivo por el que no puedo entrar al coro a pesar de mis varios intentos, sólo canté en la temporada 2012-2013 el Mesías y algunos motetes de Mendelssohn.
Richard, mi gran amigo inglés, me comunicó el mes pasado que en mayo interpretaría la Misa en su coro, el de la iglesia de Milton Keines.
-¿Puedo participar? -pregunté casi sin pensarlo.
He oído esta obra muchísimas veces, pero hay pasajes fugados, llenos de contrapunto y mezcla de voces, además de divisi entre sopranos, lo que dificulta precisar exactamente las notas de mi cuerda recurriendo a los discos. Este problema suele resolverse en los ensayos: junto a las sopranos primeras, enseguida aclaro dudas. Pero... ¿Cuánto tiempo ensayaría si iba a venir expresamente a cantarla?
Hubo dos sorpresas: Richard, que es un sol, consiguió la partitura en el royal National Institute for the Blind y he podido ensayar tres veces antes del concierto.
La partitura presentaba errores de transcripción y algunas particularidades que me dificultaban mucho el ubicarme: estaba todo pegado por ahorrar espacio, no siempre se respetaba la secuencia música/letra con sus correspondientes líneas en blanco, a veces copiaban un poco de lo que hacían las voces antes de la entrada de sopranos... y, por supuesto, las enormes ristras de notas rápidas,, como las semicorcheas en los fugados, son prácticamente imposibles de seguir si las lees por primera vezz.
En el primer ensayo, por tanto, me agobié un poco: partitura nuevva, coro nuevo que ya dominaba la obra, indicaciones en inglés a toda velocidad, continuos saltos hacia pasajes anteriores sin que nadie me esperase para encontrarlos en la partitura, lo que me hacía no saber casi nunca por dónde íbammos...
El segundo ensayo fue mucho mejor y ya empecé a disfrutar: había resuelto prácticamente todos los problemas y mi intuición bachiana hizo el resto. En cuanto al concierto de ayer... ¡Qué privilegio! Se estaba consumando uno de mis sueños, y yo apenas podía dar crédito a que tal experiencia fuese real y no cualquiera de mis fantasías oníricas. A veces, durante algunos compases de espera, me quedaba tan embelesada oyendo el conjunto que casi olvidaba mi entrada. ¡Oh! ¡Estaba interpretando con éxito pasajes durísimos! "CUM SANCTO SPIRITU", "CREDO IN UNUM DEUM", "PATREM OMNIPOTENTEM", "CONFITEO UNUM BAPTISMA", "ET RESURREXIT", "PLENI SUNT COELI ET TERRA", "HOSSANNA IN EXCELSIS"... El "ET IN TERRA PAX" fue pan comido, lo hice de memoria. Obviamente no podía leer el texto, la yema del dedo abarca sólo una línea; así que lo deducía, aunque a veces dijera "IN EXCELSIS" donde tocaba repetir "HOSSANNA", pero en el concierto salió bien. Yo me encontraba situada junto al órgano y Tenía a mi lado a una soprano que cantaba maravillosamente.
Estoy pensando ahora en la trompa del "QUONIAM TU SOLUS SANCTUS", que sólo interviene en ese fragmento; de máxima exigenccia, eso sí. Me gustaría que los coros hiciesen lo de antes, y lo que siguen haciendo el Tölzer Knabenchor y el Montevverdi Choir: es decir, que los solistas sean del coro. Ello me daría la oportunidad de cantar muchas arias. Además no me parece bien que exista tanto divismo; gente que no se mezcla con el resto, ni viste como el coro: va, hace sus solos y adiós, dándoselas de importante, ¡ja, ja!
Al final me felicitó Adrian, el direcctor del coro. Cuando Richard le pidió permiso para que cantase, creo que consintió un poco porque soy su amiga, pero tenía miedo de que no empastase en la cuerda. Yo me sentía doblemente comprometida: quería estar a la altura, hacer quedar bien a Richard y no defraudar a Adrian, todo ello teniendo presente que no había estudiado o cantado jamás la obra. Sin embargo, y antes de saber si tendría partituras o habría ensayos, exclamé: "¡Síííí! ¡Yo canto!". Confieso que ignoraba cómo iba a salir adelante, mas una cosa estaba clara: el no me cerraría puertas; el sí podía abrirme una magnífica posibilidad. "Acepto, y luego ya veremos" -me dije.
Ahora puedo regocijarme de haber superado con éxito un nuevo reto cuya constatación me otorgará fuerzas y predisposición anímica para el siguiente.
ES LEBE BACH!!! BACH VOBISCUM.
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¡Lo has vuelto a hacer Rocío! ¡Y es que no hay reto que tú no puedas superar! ¡Todo lo que te propones, lo consigues y, no sólo eso, también lo bordas, que es lo más difícil! ¡Sigue así, qué orgulloso me siento de ser tu amigo, orgulloso, agradecido, privilegiado, en verdad! ¡Te admiro y te admiraré siempre!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, mas no es para tanto. Basta con desear algo muy fuertemente, convencerse de que se puede y poner los medios para conseguirlo, como me pedía el gran Stephen Hawking en mi relato de ficción.
ResponderEliminarQue orgulloso me siento de ti mi niña guapa. Cada día vas creciendo más y más y superándote a ti misma. Un besito para ti que eres estrella de luz.
ResponderEliminarMe encanta la actitud que tienes últimamente. Todo era cuestión de voluntad. Tienes muchas cualidades y debes explotarlas y disfrutar mucho del tiempo del que dispones. Un beso muy fuerte y cariñoso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mari Carmen. Ha sido una grata sorpresa encontrarte por aquí. No puedo creer Lo que he cambiado últimamente. Gracias a todos por vuestra ayuda.
EliminarClaro, porque una estrella sin luz... Ah, lo tengo: un agujero negro.
ResponderEliminarNo: lo que ocurre es que camino a hombros de gigantes.