Hoy se ha cumplido un sueño; algo que deseaba desde hacía tiempo. Cuando salí de casa con ánimo conquistador, albergaba no obstante dudas sobre el éxito de la empresa que iba a acometer. Decidida y expectante me dirigí al cajero, abrí en el móvil la aplicación "BBVA para todos" y reservé la cantidad: 100 euros. Luego marqué la opción "usar cajero" y respiré hondo para dominar mi creciente nerviosismo. "Introduzca su tarjeta". Lo hice, temiendo que se la tragara y que no hubiese nada más que hacer por mi parte. Pero el IPhone continuó hablando: "Teclee su número pin". "¿Dónde, en el cajero o en el móvil?" -pensé un poco tontamente, mas enseguida me decanté por la primera opción; la más lógica, en cualquier caso. El cajero empezó a emitir los ruiditos familiares que me tranquilizaron. Después, el móvil me pidió retirar tarjeta y billetes. ¡Bravo! Confieso que se me saltaron las lágrimas cuando me vi con el dinero en la mano: ¡ya era hora!
Espero que otras entidades sigan su ejemplo; que la accesibilidad no sólo sea un bonito objetivo presente en multitud de programas electorales o documentos de toda índole.
Mi padre vio hace poco en un comercio que la empresa Cervezas Alhambra había optado por los rótulos en Braille. Al andar se hace el camino, que diría Machado. Lo importante es seguir avanzando con paso firme; sin prisa pero sin pausa.
Varios amigos, conocidos o interlocutores casuales se sorprenden ante el hecho de que la ciencia no haya conseguido erradicar los problemas de visión: ¡Qué fácil! ¡Ni que fuera un ñoño cuento de Navidad! "¡Seguro que tiene arreglo; hoy día existen muchos avances!". Cuando les digo que no, parecen enfadarse o reaccionan como si yo no me hubiera informado convenientemente. "¡No os preocupéis -suelo responder-! La independencia no sólo se consigue viendo. Si todos trabajaran por un mundo más accesible, si se generalizase el etiquetado en Braille y cualquier electrodoméstico dispusiera de síntesis de voz, si los medios de transporte tuviesen por obligación aviso de paradas, etc., habría menos diferencias entre ciegos y videntes. Con eso me conformo".
¡A por ello!Artículos relacionados:
Llamamiento: por unos cajeros accesibles para ciegos.
Queremos etiquetado en Braille para los máximos productos posibles.
Qué bien :-) Un paso más hacia la independencia!
ResponderEliminarMe alegro mucho. A ver si poco a poco todas las empresas van haciendo lo mismo. Es un paso pequeño para ellos, pero grande para la humanidad! :-)
No sé de qué me suena esta frase...
Felicidades :-)
Sí: una frase lunática. Si supieran lo felices que nos hacen con tales gestos, muchas empresas optarían por regalarnos una dicha tan enorme. Necesitamos poco, señores; ¡pero háganlo!
ResponderEliminar¡Cuánta razón tienes! Ya va siendo hora de eliminar estas barreras...Enhorabuena!
ResponderEliminarCuanto me alegra saber que vamos avanzando en accesibilidad!! Besitos
ResponderEliminarotros bancos ya tenian cajeros accesibles para los ciegos desde hace años, en concreto me refiero a la Caixa y a Kutxabank, y sin necesidad de utilizar un Smart Phone con el gasto que eso implica.
ResponderEliminarLo sé. Cuando supe de ello, ya tenía mis ahorros en otras entidades.
ResponderEliminarApostamos por la accesibilidad en todos los cajeros.
P.S.: en cuanto al gasto innecesario, hoy día todos los ciegos de países desarrollados cuentan con teléfonos inteligentes.
ResponderEliminarEs una opción que no obliga a la empresa a remodelar todas sus máquinas. Lo más importante es que hayan pensado en nosotros y que, gracias a la iniciativa, alcancemos mayor autonomía: ¡eso es indiscutible!
Acabo de leer esta reseña y me parece que te estoy viendo nerviosa, sorprendida y contenta. Se lo mucho que significa la independencia para tí y me imagino que les pasará igual a otras personas ciegas. Reconozco que es dificil ponerse en vuestro lugar...Que poco sabemos de lo que significa "Vivir a ciegas"!!! Por lo general sentímos pena, aveces compramos el cupón de la ONCE y de tarde en tarde, ayudamos a alguno a cruzar la acera.
ResponderEliminarNecesitamos que personas como tú, nos ayuden a pensar más y a ser capaces de unirnos a vuestras causas, que son las nuestras también.
Te animo a que sigas saliendo del telón de tu ceguera a reivindicar cosas tan simples como la adaptación de cajeros, etiquetas en los productos cotidianos, adaptación de moviliario urbano y tantas y tantas cosas que a diario usamos tan regaladamente los videntes, sin percatarnos de vuestras necesidades.
¡Qué bonito! Es maravilloso tener lectores y amigos tan comprensivos. Espero que nuestras reivindicaciones lleguen donde tienen que llegar; no todos piensan en las necesidades de los ciegos. Es obvio que un sordo necesita intérprete y que una silla de ruedas no puede subir escalones, pero... ¿y los ciegos? "¡Que vayan a la ONCE, tengan perro y vendan cupones!". En un artículo antiguo reviso muchos de estos tópicos.
ResponderEliminar