(La radio puede detenerse pulsando Escape o parándola en el icono inferior).

domingo, 27 de enero de 2019

Final.



"Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie". Theodor W. Adorno.

Intuyo que me quedan pocas horas, pocos días de vida. Estoy cansado, débil y enfermo y no tengo ganas de pensar en el horror de los últimos meses. ¿Cómo es capaz de esto la raza humana? ¿Y por qué, con qué objeto? ¿Qué extraño placer provocan la maldad, la abyección, la barbarie? Ellos y yo somos de la misma especie..., Homo Sapiens Sapiens. ¿Sapiens? ¡Tremenda vanidad! Insipiens Insipiens, diría; o Crudelis Crudelis.
Moriré sin poder contarlo, como tantos. ¿Se hará justicia? Y, si alguien sobrevive... ¡oh, no volverá a ser el mismo! ¿Arte, belleza? Ya no tienen sentido; hace tiempo que perdí la capacidad de emocionarme. ¿Una coraza protectora? Quizás sea ésa la insensibilidad de mis verdugos. He estado a punto varias veces de arrojarme contra la valla electrificada, pero... El instinto de supervivencia es demasiado fuerte. O la curiosidad por saber cómo termina la historia; mi historia. Ahora no importa, el desenlace está próximo. Fui feliz. ¡Oh, parece que hubiera transcurrido una eternidad desde entonces! Pero sería injusto olvidarlo: ¡fui feliz! ¡Y ellos no tienen derecho...! Estoy llorando, por fin, después del larguísimo periodo de anestesia emocional. ¿Cómo me queda energía para eso?
Desapareceré sin más, como tantos. Engrosaré el número de víctimas..., ¿cuántas? ¿Qué ocurrirá después?
Quisiera plasmar estas reflexiones en algún sitio: ¡nunca podré narrarrlo! ¿Lo hará alguien en mi lugar?
Contemplo el cielo estrellado..., ¿por última vez? ¿Cuántos amaneceres me restan? Es irrelevante, fallecí hace meses: ¿por qué aguardo; qué anhelo?
No puedo despedirme de nadie; ningún ser querido tomará mi mano para acompañarme y confortarme... Nunca hubiera imaginado un final tan triste. ¡No, no quiero, no puedo pensar! ¡Oh, todos aquéllos a los que amé! Me gustaría abrazarlos ahora. Es tarde; tarde para soñar; tarde para esperar...; tarde para vivir. Fui dichoso, pero ya no importa.

IN MEMORIAM

27 de enero: recuerdo a la barbarie nazi.


Artículo relacionado:
La violinista de Auschwitz.

martes, 22 de enero de 2019

Divulgando ciencia.


Terminé 2018 dando una charla en un evento científico y he comenzado 2019 de la misma forma: ¿quién me lo iba a decir? Todo empezó con las jornadas de ciencia inclusiva celebradas en el IAA y de las que hablé en estas páginas. Allí me conoció Óscar Huertas, gran divulgador y organizador, entre otros, de Desgranando Ciencia. Le hablé de mi cambio de vida gracias a Hawking, de lo que estaba leyendo..., y debió marcarle porque, un día de verano de 2017, recibí una llamada que jamás habría esperado:
-¿Te apetecería intervenir en diciembre en el evento divulgativo Desgranando Ciencia? Tendrías que dar una charla de diez minutos. Es que lo vamos a hacer inclusivo: habrá intérpretes de signos, participación de discapacitados intelectuales... Enrique Pérez-Montero también será ponente. Vienen divulgadores de toda España.
-Óscar..., yo creo que hay algo que no has entendido: ¡no sé nada de ciencia! ¡No tengo formación; estudié Letras puras!
-Con todo lo que llevas leído últimamente tienes más conocimientos que muchos..., y lo importante es que sabes transmitirlos.
-Pero..., ¿de qué voy a hablar?
-¡De ciencia!

Decidí explicar precisamente cómo Stephen Hawking me abrió los ojos al respecto, y éste fue el resultado.



En abril de 2018 me invitaron a la carpa de la ciencia de la Feria del Libro de Granada. Hawking había muerto un mes antes y Emilio García quiso que repitiera mi charla a modo de homenaje, después de Carlos Barcelò que informaría sobre las contribuciones de mi amigo Stephen a la Física. Ahí no hablé diez minutos, sino media hora larga, y al final hubo turno de preguntas. Fue muy emotivo.

El 14 de diciembre intervine nuevamente en Desgranando Ciencia. Tuve muchísimas dudas sobre el tema y al final convertí mis indecisiones en el argumento, tanto que se llamó "¿y ahora de qué hablo?".

En cuanto terminé, alguien fue corriendo hacia Óscar para preguntarle quién era yo: "¡es que me ha encantado, es genial! ¡Me la llevo a Naukas Córdoba!". Era Elena Lázaro, que estaba organizando el primer Naukas en Andalucía, "las que cuentan la ciencia"; todas serían féminas. Yo, entusiasmada, respondí que aceptaba feliz pero que no era preciso discriminar a los hombres: ¡ja, ja! Tuvo lugar el pasado día 12 y me correspondió el grandísimo honor de inaugurarlo con una charla muy similar a la de diciembre, pues a Elena le gustó así. La clave del éxito creo que residió en el humor, ingrediente que quise utilizar desde el primer momento. No en mi debut de 2017 porque no sabía entonces si iba a resultar idóneo y porque estaba insegura. Cuando he visto cómo divulgan muchos, me lo he apropiado.

¿Mis inspiradores? Les Luthiers, grandemente; y también Natalia Ruiz y Manuel González con sus astrocoplas, aunque yo prefiero cantar a lo Bach. ¡Cuánto se rieron con mi coral relativista! Y con la misa escéptica que no tiene Credo, sino Dudo. Pero no voy a narrarlo: ¡ahí tenéis las charlas!

¿Quién me iba a decir que conocería a tantos divulgadores; que tendría varios amigos científicos? Hawking me dio el empujón inicial y parece haber ido todo rodado desde entonces, como si hubiesen estado esperándome: ¡qué maravilla! Se ha ampliado tan espectacularmente mi visión del mundo... ¡Gracias, muchas gracias!

Yo, entre tanto, sigo leyendo ciencia; para satisfacer mi curiosidad y para poder contar lo que aprendo, porque me está encantando comunicar mi entusiasmo y tratar de meterles a otros el gusanillo. Aparte de leer aprovecho la magnífica oportunidad que me brindan Internet y mis recientes contactos de preguntar a especialistas: ¡una delicia! Ellos están encantados y me explican con deleite, agradeciendo mi curiosidad. ¡Viva la divulgación!
Mi última charla me ha otorgado popularidad en círculos escépticos. ¡Es tan necesario el pensamiento crítico! Y si de paso doy alguna patadita a la pseudociencia, mejor. La idea empezó a fraguarse ya en el Desgranando de 2017, cuando hablé con varios antivacunas. Lo narré aquí.

Y ahora me despido pidiéndoos, como diría JAL, que leáis y viváis ciencia: ¡os abrirá la mente!

"¡Gloria a la Física, la Química y la Biología!". Crónica del diario Cordópolis.