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lunes, 2 de octubre de 2017

Visita al observatorio astronómico de Calar Alto.

Álbum de fotos: José Ángel Sánchez Y Richard May-Miller.

Enrique Pérez-Montero, el astrónomo ciego que se ha empeñado en poner el Cosmos en manos de los discapacitados visuales, llevaba ya tiempo hablándome sobre su plan de organizar una visita a este observatorio situado en la Sierra de los Filabres (Almería). Lo consiguió por fin y asistimos el día 30 varios afiliados a la ONCE con sus acompañantes, si bien la afluencia de público fuera muy inferior a las expectativas, con la consiguiente decepción de Enrique y de todos nosotros. Él le pone mucho cariño, lo da todo, y sería deseable que respondiésemos pues se trata de una iniciativa pionera y necesaria: ¿qué impide a los ciegos interesarse por la astronomía? ¿Acaso los videntes pueden observar mucho el cielo? No, por desgracia, y aún menos con esta absurda e incomprensible contaminación lumínica. ¡Nos roban la noche! Eso no quiere decir solamente que no podamos ver las estrellas, algo ya de por sí dramático. ¿Qué me decís de los ritmos circadianos de personas y animales? ¿Y de los obstáculos para la polinización? ¿Y el derroche económico sin objeto?


Con el doctor Enrique Pérez Montero.

 Las leyes para proteger nuestros cielos no se cumplen, y en Andalucía directamente han sido derogadas por un defecto de forma. Pero, ¿qué nos ocurre? Calefacciones o aires acondicionados a una potencia insoportable que obliga a llevar chaqueta en verano y manga corta en invierno; ruido por todas partes, demasiado ruido ante el cual, inexplicablemente, casi todos parecen sordos; consumo hasta el exceso, frivolidad... Sí: en vez de interesarnos por el progreso, transcurrimos horas ante la pantallita de un dispositivo móvil escribiendo y compartiendo chorradas. ¡Vaya un desperdicio de tecnología! Y esto de los telescopios, ¿para qué sirve? No os sorprendáis: muchos piensan que es una pérdida de tiempo. ¿La ciencia? ¡Cosa de cuatro locos, raros o excéntricos! ¿De verdad? Pues ante todo no sigáis escribiendo estos sinsentidos ni nada en absoluto empleando unos aparatitos inimaginables sin el desarrollo de una tecnología muy avanzada.


Telescopio de 3,5 metros

 Luego no vayáis al microondas o a la cocina de inducción para calentaros la comida, ni a vuestro botiquín a por el medicamento que os aliviaría la jaqueca causada por la lectura de estas líneas. Mejor ir a la cama, pero sin luz eléctrica, y nada de radio antes de dormir, ni de teléfono para consolaros con un amigo, ni de televisión... ¿Vale así? ¿Os vais al campo a vivir de una forma completamente natural y muriendo ante cualquier pequeño inconveniente? Pues si no lo hacéis, ¡dejad de menospreciar la ciencia, por favor! ¿Qué sería de nuestra especie sin ella?

Sistema de rotación del eje polar. Telescopio de 3,5 metros.


El Observatorio Astronómico de Calar Alto está situado a 2168 metros de altitud. Fue fundado en 1973 por un acuerdo con el gobierno alemán y hasta 2005 era operado exclusivamente por el Max- Planck Institut de Heidelberg. los españoles sólo tenían un 10 por ciento del tiempo para observar. Desde 2005, el Instituto Max Planck opera conjuntamente con el Instituto de Astrofísica de Andalucía.
Entre los instrumentos con los que cuenta están los telescopios con espejos de 1,52 metros, de 2,2 metros y el de 3,5, que es el más grande de la Europa continental.

Telescopios de 2,2 y 1,52 metros.


Nuestra visita comenzó con una charla de Enrique interrumpida por Canal Sur Televisión, que vino a grabarnos: "¡Tú siempre sales en la tele!" -exclamó uno de ellos. Realmente he sido muy mediática este último año.
Enrique volvió a mostrar las semiesferas, una representación de la Luna con relieve exagerado para que podamos distinguir los mares, las montañas y los cráteres y algunas láminas con planos del Observatorio y comparación de las distancias entre el Sol y los planetas. Insistió en la idea de que no hace falta ver para interesarse por el Cosmos: ¡es absurdo! ¿Por qué no vamos a querer saber acerca de nuestros orígenes, del mundo en que vivimos y de cómo hemos llegado hasta aquí? Son temas universales, nunca mejor dicho.

Rocío tocando el espectrógrafo de campo integral del proyecto CALIFA montado en el telescopio de 3,5 m.


Marcos, del Observatorio, también estuvo explicándonos lo que se hace allí. Me dolió saber que existe tan poca financiación. Comentó acerca de CARMENES, y a mí me asombra grandemente que se pueda descubrir tanto a partir del espectro de estrellas lejanísimas: ¡parece magia!
Luego subimos a la cúpula del telescopio de 3,5 metros. Hacía fresquito porque allí mantienen la temperatura mínima de esa noche durante todo el día con objeto de que los instrumentos no sufran por los cambios. Hicieron girar la cúpula y yo pude tocar varias partes de instrumentos, lo que siempre se agradece.

Lámina explicativa en braille.



Confío en que Enrique siga contribuyendo a adaptar la astronomía a los ciegos. Ha conseguido que me interese muchísimo por un tema que, lo admito, creía vedado ante mi carencia de visión y mi ignorancia científica. Poco después me animó Stephen Hawking en el mismo sentido, ¡y aquí estoy, fascinada por los misterios del Cosmos! Gracias, muchas gracias a todos.