El jueves regresé de mi paradisiaco viaje por los alpes suizos; bueno, suizos y franceses, pues también estuvimos en la mer de glace, el glaciar de l'Argentière y l'aiguille du midi.
Estas incursiones galas, así como las del paso de san Bernardo, Aosta, el castillo de Chillon, Chamonix, Gstadt y Sion las hicimos desde nuestra primera etapa, en la que residíamos en Fully, un pueblecito muy próximo a Martigny. La segunda parte la pasamos en Saas Fee, allí donde el Valais se llama Wallis y la Suisse die Schweiz, a pesar de tratarse del mismo cantón.Isabel. Mer de Glace
Desde allí vimos el glaciar del Allalin, el Görnergrat, el glaciar del Aletsch y algunos pueblecitos y caminos de las cercanías. Concluyó nuestro periplo en Ginebra, pues de ahí salía el avión que nos traería de vuelta.
Pocas veces lamento ser ciega: a fin de cuentas no he perdido nada, se trata de una particularidad que me acompaña siempre. Obviamente reconozco que he de afrontar por su causa más limitaciones y dificultades, pero lo asumo, aunque algunos días me afecte más que otros.
En este viaje hubiese querido disponer de la información visual para apreciar la imponente belleza de esas montañas, de esos glaciares, de esos paisajes... Pero, en fin, mis otros sentidos se han empapado al máximo. ¿Habéis oído alguna vez el ruido de una avalancha de hielo? Parece un coche que, en su recorrido, arrastrara gravilla...
Y en el Allalin disfruté de una caminata de un kilómetro por la nieve, una nieve primavera buenísima. ¡Qué sensación al hundir las manos en ella y notarla tan suave!
Por supuesto, no podían faltar los baños: dos veces en un lago y otra en un torrente de agua gélida.
También he alimentado a gorriones alpinos y cisnes, ¡pero han comido de mi mano! ¡Vaya picotazos que propinan los cisnes, madre mía! Me he hinchado de andar, cosa que adoro, y si hace fresquito mucho más.
En Saas Fee, situado en un circo glaciar, contábamos con un microclima; la tónica era 8 grados. En ese pueblo no circulan coches desde los años cincuenta: los vehículos se dejan en un aparcamiento a las afueras y para el transporte utilizan unos cochecitos eléctricos. Imaginad la paz que había allí, y encima disfrutando de la vista de glaciares por todas partes.
Rocío. "Hórreos". Saas Fee.
Rocío. "Hórreos". Saas Fee.
Otra cosa que quiero destacar es el amor de los suizos por las flores, ¡pero es que hacen verdaderas composiciones! Lo decoran absolutamente todo y aprovechan cualquier cosa para colocar macetas: una bota de montaña vieja, una carretilla, un tronco hueco o incluso una bolsa de plástico colgada.
Las fachadas de las casas rezuman belleza; ¡y qué perfume! Ellos aman la naturaleza, como por otra parte no podía ser de otro modo.
Siempre he admirado su buen hacer, su civismo... ¡Ay, si todos fuésemos así! El mundo iría muchísimo mejor.
Como complemento añado unos enlaces que amplían la información de los de arriba e incluyen fotos, no olvidéis ampliarlas.
Mer de Glace.
grands montets - argentière.
Aiguille du midi.
San Bernardo.
Aosta.
Chillon.
Saas Fee.
Como complemento añado unos enlaces que amplían la información de los de arriba e incluyen fotos, no olvidéis ampliarlas.
Mer de Glace.
grands montets - argentière.
Aiguille du midi.
San Bernardo.
Aosta.
Chillon.
Saas Fee.
Espero regresar muy pronto a la Confederación Helvética. Por mi parte, no me queda más que recomendaros una escapadita a esos lugares de ensueño.
Fantástico reportaje y una fotos bellísimas.
ResponderEliminarLo de tu baño no tiene nombre, ¿Cómo te atreves a meterte ahí? Me ha entrado un escalofrío tremendo por la espina dorsal.
Suiza me encantó cuando la visté hace ya bastante años, pero si te digo la verdad, es un país en el que nunca viviría.
¡Jeje, qué gracia tienes! Supongo que conocerás este vídeo del año pasado, que demuestra aún más mi audacia bañera. Las aventuras de aquel viaje están igualmente en este blog.
ResponderEliminar¡Feliz verano a todos!
Sensacional,fantasticas fotos,tiene que ser una gozada estar ahí en medio de la nada y del todo por lo maravilloso del lugar, y esas aguas que estarian heladitas ¿verdad Rocio?.Un beso muy grande de Esther.
ResponderEliminarHe estado en Suiza en tres ocasiones. Siempre me ha fascinado su belleza. Pero me ocurre un poco lo que a tu amigo Joaquín: No lo elegiría para vivir, más allá de admirar sus paisajes, sobre todo los Alpes.
ResponderEliminarEl reportaje, espléndido, Rocío
Magníficas fotos Rocío! Muchas gracias por compartir esos buenos momentos por el país alpino, eso sí, el baño yo me lo ahorraría, prefiero los baños en la playa de Bolonia, jajaja.
ResponderEliminarEn dos semanas estaré de vacaciones en los Pirineos Atlánticos disfrutando de Francia, de sus valles y de sus quesos :) ya te contaré.
Un abrazo desde las Islas Mauricio,
Alex.
¡Vaya, qué sorpresa, tú por mis blogs! También Esther es una novedad en los comentarios. Hijo mío, no paras; si hicieses crónicas sería realmente interesante con la de mundo que llevas conocido.
ResponderEliminar¡Oh, el baño, si es lo mejor! Adoro sentir el agua fría, amo los lagos y torrentes frente al agua salada... Aunque, por supuesto, playas como la de Bolonia son magníficas; espero que siga igual.
¡Ay! Yo si pudiera sí viviría en Suiza, y en los Alpes bávaros, y... ¡En tantos y tantos sitios...! Siempre que haga fresquito y que sean lugares que no den la espalda a la Naturaleza. Lo que no soporto es el calor veraniego de estos sures. Y, ¡madre mía! La belleza de unos paisajes tan espectaculares como los que he visitado no puede dejar insensible a nadie; y, si es así, me preocuparía por la salud mental de gente tan vacía.
Podéis ver más fotos de este viaje y de otros aquí.
ResponderEliminarWunderschöne Bilder von dir aus der Schweiz, Wallis Genfer See dort sind wir sehr oft und genießen den Urlaub in der Schweiz und halten uns im Sommer im Wallis auf. Herzl. Grüße an dich von Volker
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