Fotos de aquella cena entre dos grandes y célebres amigos. Sabemos de la admiración que Twain profesó a Helen desde que ésta era una niña y comenzaba a abrirse paso desde la oscuridad gracias al tesón, la dedicación, la voluntad de Anne Sullivan y a sus propias dotes naturales unidas a un esfuerzo descomunal y unas ganas impresionantes de aprender, abarcar, conocer, entender.
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Por encima de posibles matices, ha muerto uno de los mayores divulgadores de la música culta de nuestro país. Acercó a este género a un público que difícilmente habría accedido por otros cauces. Mi sincero reconocimiento junto con un afectuoso abrazo a sus familiares.
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