A estas alturas de la película, nadie va a poner en cuestión Las indubitables ventajas de la informática y las llamadas nuevas tecnologías, aunque ya empiecen a ser viejas. A nosotros los ciegos nos han abierto las puertas al mundo; al conocimiento. Nos han proporcionado acceso a una información hasta ahora inabarcable.
Esto, sin embargo, no tiene por qué implicar la caída en picado y la no utilización de nuestro bendito sistema de lectoescritura: el Braille. Ello nos convertiría en analfabetos, por muchos libros en audio que leamos o mucha información a la que accedamos.
La tecnología es compatible con el Braille. Podemos, por ejemplo, leer un documento de Word con un anotador específico que disponga de línea Braille, O directamente desde el ordenador con una línea conectada. Tampoco hemos de dar la espalda a nuestras publicaciones periódicas, que no son nada caras y nos haría mantener el contacto con el papel y lo impreso.
Los libros ya son otro cantar debido al volumen que ocupan, Y reconozco que eso de ir cargados como mulas desde correos y de vuelta cada Dos semanas no siempre es posible. Dependemos de alguien, por qué no vamos a ir con el bastón y tres sacas de tela. Sin embargo, las bibliotecas en los centros de la ONCE habrían de potenciarse, en lugar de ir desapareciendo, qué es lo que ocurre en la actualidad, por desgracia.
Los libros en Braille para mí son insustituibles, pero no voy a ser ilusa: ocupan mucho espacio y suponen un alto coste de producción. Sin embargo, podría seguir editándose en formato bra, pues supone mayor facilidad a la hora de descargar los libros y porque permite una lectura con líneas Braille. El audio es más limitante. Para muchos casos conviene la duplicidad, aunque sé que vuestra política es evitarla.
Los niños han de aprender en Braille desde el principio, porque las habilidades lectoras se adquieren cuando uno es pequeño, y si no se potencian entonces se perderá esa capacidad con riesgo de convertir al niño en un analfabeto funcional.
Solicito de todo corazón que este mensaje sea difundido donde corresponda.
Muchísimas gracias.
Rocío Sánchez.
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