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viernes, 9 de marzo de 2018

Matilde: útero errante y estrés vegetal.



Artículo: "Expressions of interest of Spanish institutions".

Mi encuentro con Matilde Barón tuvo lugar en octubre de 2016. ¡2016: ANNUS MIRABILIS! Ese año salí de mis complejos de ignorancia y falta de intelecto y me adentré de lleno en el apasionante mundo de la ciencia; todo ello gracias a los divulgadores: ¿qué más se puede pedir? He tratado varias veces el tema: si vuelvo a sacarlo a la luz es sólo para hacer patente, una vez más, la importancia del inicio de una transformación obrada casi por milagro. ¡No, no creo en lo sobrenatural; no os asustéis! Aunque vuestra paciencia está alcanzando cotas milagrosas: ¿cómo leéis aún estériles divagaciones de una internauta cualquiera, con las hermosas alternativas disponibles para invertir tan preciado tiempo? ¡Misterios de la mente! Retomo, pues, el hilo de mi narración:



A finales de septiembre de 2016 me llegó un correo de la ONCE informándome de que se iba a impartir un taller de agronomía accesible en la Estación Experimental del Zaidín. "¿Qué centro es ése? ¿Dónde está?" -pensé maldiciendo mi torpeza: tantos años viviendo en Granada...
Obviamente no sé ir sola a un lugar desconocido. Alguien me dio unas indicaciones, pocas. Salí de casa y me eché a andar confiando, como siempre, en que hubiese gente dispuesta a ayudarme. ¡Menos mal que suelo irme con tiempo! Una señora, no sé por qué, me llevó al Centro Cívico. Querida mía: ¿no me ve usted cara de dirigirme a un Instituto del CSIC? ¿Es que, como soy ciega, me ha encasillado en talleres ocupacionales? ¡Ja, ja! Un día quise ir efectivamente al Centro Cívico y, al pedir asesoramiento, mi interlocutor preguntó: "¿Dónde, al centro cínico?". Mejor no me ayude, buen hombre; aunque es cierto que abunda el cinismo... Cuando estudiaba en el Conservatorio, todo el que me veía por las inmediaciones se aprestaba amablemente a conducirme a ASPACE.



La puntualidad es intrínseca en mí, por lo que esos diez minutos de tardanza me produjeron gran turbación. Bajando la cabeza con rubor expresé mis disculpas... ¡y allí estaba Matilde! Es la directora del centro y estudia el estrés vegetal. "¿Las plantas se estresan? ¿Resulta tan patente? ¿Cómo se mide?". Quise preguntárselo, pero ya andaban inmersos en la explicación. ¡Bien: traía una variedad de plantas! Casi todas eran aromáticas y yo las reconocí, lo que le originó una agradable sorpresa. "Su hija es la que más sabe de plantas" -diría a mis padres tiempo después. Claro: ¡si estaban chupadas! Tomillo, romero, lavanda, lentisco, laurel... Para mí, acostumbrada a pasear por el campo y con las bellas lecciones de mi familia, no significaba ninguna proeza.
Al término de la reunión, Matilde me acompañó a un taxi y aprovechamos los minutos de espera para hablar. Le conté que llevaba medio año interesada por la ciencia; que ésta me había salvado en cierto modo; que ahora no me perdía ni un programa de "A Hombros de Gigantes"... "¡Anda! Conozco a JAL. Él también trabajó en Alemania, igual que yo". ¡Oh, la palabra mágica! Como imaginaréis, seguimos hablando en alemán y le expresé mi admiración por el país; por su musicalidad y su cultura. ¡Otra sorpresa: Matilde era gran melómana! Acabé cantando un aria de "La Flauta Mágica", según cuenta ella; yo no lo recuerdo.


Volví a verla dos meses después en las Jornadas de Ciencia Inclusiva y luego coincidimos en la Carpa de la Ciencia de la Feria del Libro. Espero que este año lo repitan: ¡qué maravilla! Allí fue la primera vez que escuché su conferencia sobre el útero errante. ¡Sí: yo me sorprendí igual que vosotros ahora! La charla se basó en un libro de Eulalia Pérez Sedeño: ¡otra a la que sigo en los Gigantes! Se pensaba hasta el siglo XVIII que el órgano iba vagando por todo el cuerpo; únicamente hallaba calma y sosiego con las relaciones sexuales y el parto. Varias enfermedades se atribuían a ese furor uterino; la histeria, sin ir más lejos, cuya etimología lo hace más que patente. Muchas damas que tal vez sufrieran depresión u otras dolencias, incluso esclerosis múltiple, fueron víctimas de tratamiento salvaje como la histerectomía.
Galeno afirmaba, entre otros despropósitos, que el útero tenía cuernos y, como la autoridad de los antiguos se mantuvo de forma obcecadamente absurda durante tanto tiempo, dichas protuberancias perduraron hasta el Renacimiento. El famoso anatomista Andreas Vesalius decidió observarlo todo por sí mismo de primera mano, diseccionando cadáveres y estudiando los órganos. Era ésa una práctica prohibidísima en la época, claro, y nadie osaba enmendar la plana a personas de la categoría de Galeno. ¡Qué cerrazón! ¿No estaban claras las evidencias? Igual que el geocentrismo: ¡pobre Galileo! Y pobre Giordano Bruno, que fue quemado por defender que la Tierra era sólo uno de tantos planetas. ¡Ay, qué triste!
El padre de Galileo, Vincenzo Galilei, era músico y teórico; escribió varios tratados sobre este arte. Galileo también amaba la música..., ¡y el método científico! ¡Ja, ja! Lo imagino emocionado, observando la Luna con su telescopio de invención propia. ¡Si tendrían que haberse quitado el sombrero ante él, en vez de procesarlo! Las injusticias me pueden.
 



Vi a Matilde nuevamente en el Ciclo de Música Antigua. ¡Qué bien! Este año se volverá a celebrar. Ya nos hemos hecho amigas y yo le mando entradas de mi blog. Cuando me atacaron e insultaron por mi artículo de la pseudociencia, escribió rauda y consoladora para pedirme que no me dejase abatir; que no les diera cancha. Era lo que estaba haciendo, por otra parte. No puedo evitar cierta tristeza, en cualquier caso, ante la rigidez mental y el desinterés por el conocimiento de una gran mayoría. Odio que se impongan el fanatismo y la sinrazón y que mucha gente sensata opte por cerrar sus páginas para eludir las molestias de estos descerebrados. No os preocupéis: ¡yo no lo haré jamás! ¿Cómo voy a eliminar de un plumazo tantas horas de trabajo? Sería injusta conmigo y con todos los que me han ayudado.
Ayer fui a otra charla de Matilde en el Centro Artístico sobre el útero errante y la desigualdad en ciencia, las mujeres injustamente tratadas, etc. De nuevo me supuso una odisea llegar al sitio: las manifestaciones feministas habían provocado cortes de autobús y me tuvo que acompañar una señora andando.
¡Qué hermoso rato pasé! Matilde es estupenda y expone con claridad y humor. Relató los tristes casos de Rosalind Franklin, Jocelyn Bell y otras mujeres discriminadas. ¡Ay, el harén de Pickering! En el turno de preguntas debatimos sobre cuestiones de actualidad: los recortes presupuestarios, el desinterés del ciudadano medio hacia la ciencia, las exigencias y la escasa consideración a los investigadores... Alguien comentó que la gente necesita informarse para no desconfiar de la ciencia por el hecho de que teorías válidas hoy pueden no serlo mañana en virtud de nuevos datos. ¡Hala: precisamente por lo que me atacaron en el blog! Tuve que intervenir: "Ojalá se generalizara en la sociedad el pensamiento científico: entonces no habría tanto dogmatismo; tanta intolerancia". Matilde supo por dónde iban los tiros y comentó mi caso con los trolls. ¡Huy: mi humilde página en un foro de intelectuales; qué vergüenza! Algunos, como la Decana de la Facultad de Farmacia, me pidieron el enlace. Voy a tener que esmerarme más si cabe: con lectores tan ilustres... Hm: optaré por la CAPTATIO BENEVOLENTIAE. Queridos: sabía muy poco de ciencia hasta hace 21 meses; carezco de formación; mi analfabetismo numérico resulta vergonzoso... ¡Sed indulgentes! Pero... ¡es que me encanta: así podréis enseñarme! ¡Hacedlo, por favor! ¡Qué gran trabajo el de los divulgadores!

Expreso mi agradecimiento a Matilde por la velada de ayer: ¿quién me iba a decir que acabaría conociendo a tantos científicos? Hawking me llevó a la ciencia; quise entrar en ella para homenajearlo... Amigo Stephen: ¡qué carta tenías escondida bajo la manga! ¡El obsequio me lo has brindado tú! Thank you very much indeed, Prof. Hawking! Como ves, ¡estoy haciendo los deberes! Are you proud and happy, my dear friend?

Sobre el proyecto "Recupera 2020"


"ANDREA.- ¡Ay, señor amo! Que aunque el médico sea un pozo de ciencia, me parece a mí que no hacemos nada.
DON JERÓNIMO.- ¿Por qué?
ANDREA.- Porque Doña Paulita no ha menester médicos, sino marido, marido, eso la conviene; lo demás es andarse por las ramas. ¿Le parece a usted que ha de curarse con ruibarbo, y jalapa, y tinturas, y cocimientos, y potingues, y porquerías, que no sé como no ha perdido ya el estómago? No señor, con un buen marido sanará perfectamente".
Molière: El Médico a Palos. Traducción de Leandro Fernández de Moratín.

Bibliografía.

Alcalde, Jorge: Arquímedes, el del teorema: una historia de la ciencia para reír, llorar y pasar miedo. Ed. Planeta, 2017.
Pérez Sedeño, Eulalia: Las mentiras científicas sobre las mujeres. Ed. Catarata, 2017.

7 comentarios:

  1. Querida Rocío,hace pocos días hablamos y disentímos en la utilidad de la huelga y manifestación del día 8, día internacional de la mujer y esa tarde fuiste a una conferencia sobre desigualdad entre hombres y mujeres en la ciencia.Yá me paeció raro que el
    Centro Artístico organizara el día 8 una conferencia que no estuviera en consonancia con tan célebre efemérides.
    Es complicado darse cuenta de los micromachismos que a diario ejercemos sin darnos cuenta, yo la primera, que a pesar de declarme feminista, me sorprendo justificando gestos y suabizando situaciones y o comentarios como...me ayudáis a cocinar?, no te preocupes yo lo hago luego...gracias por ayudarme... etc.Si estos comentarios se analizan, parece que esos miembros de la familia, dá igual que sean hombres o mujeres, son invitados, cuando forman parte de la unidad de convivencia, con las mismas necesidades y obligaciones.
    Creo que el día mundial de la mujer tiene la función de un espejo que obstinadamente nos recuerda las injusticias y desatinos a los que nos han llevado tantos siglos de patriarcado que como la teoría del "útero errante" ha sido un error garrafal que se ha llevado vidas por delante y se las sigue llevando.
    Hago propósito de seguir atenta y dudosa de mis pensamientos y comportamientos micromachistas.
    Gracias por tener la oportunidad de opinar.

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  2. El feminismo radical es tan nocivo como el machismo que tanto critican; cualquier extremo es malo. Igualdad supondría no hablar de estas cosas; no celebrar manifestaciones por tenerse ya clarísimo que los derechos y oportunidades han de ser los mismos.
    A mí nunca me han discriminado por esta razón; en ese sentido hemos avanzado muchísimo en el último medio siglo.
    Visualizar a la mujer no significa, desde luego, cargarse el idioma (niños y niñas, portavoces y portavozas) o inventar leyes que discriminan a ambos géneros, como la paridad. Tampoco ese estúpido revisionismo de la Historia: ¡ahora hasta arremeten contra los cuentos infantiles! Es que... ¡hay mucha tontería!

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  3. ¿Ves? ¡Si es que ya hasta me miran raro por no ir a la manifestación! ¡Pues a mí bien que me fastidió! Cortaron el servicio de autobuses y me hallé desamparada, tuve que pedir ayuda y dejarme acompañar veinte minutos andando por una señora.
    Yo no soy ni micro- ni macromachista: me comporto igual con hombres y mujeres, y basta. Mi padre no sabe cocinar; no le gusta. A mi madre le encanta. ¿Es eso machismo? Pues mira: no. Luego él hace mejor las chapuzas de casa, los papeleos... Y yo, que vivo sola, me reparto las tareas con mi asistente. ¡Vamos a dejarnos de historias raras y comportémonos con naturalidad!

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  4. La conferencia está incluida en un ciclo de ciencia del Centro Artístico.
    El 8 de marzo hay vida más allá del feminismo.

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  5. Por donde empezar a contestarte en un tema tan sensible y transversal?
    Que es el feminismo?
    Que diferencia existe entre sexo y género?
    Que significa feminismo radical?
    Que es comportarnos con naturalidad?
    Que es la naturalidad sino lo imitado y aprendido?
    Hasta que punto el conocimiento es neutro y objetivo o ha sido configurado con un sesgo masculino?
    Hay tantas preguntas!
    escritoras y académicas feministas del siglo pasado las formularon y fueron dando respuestas contenidas en sus publicaciones y son,afortunadamente muchas.
    Katte Miller en su libro Sexual politic,subraya la necesidad de retomar una de las convicciones más profundas y revolucionarias del movimiento de liberación que ha cambiado la faz de las sociedades modernas. En la vuelta que plantea al feminismo radical, señala que hemos pasado del patriarcado cohercitivo a un patriarcado del consentimiento.
    También ella, como muchas otras feministas,sociólogos,antropólogos,psicólogos etc, vienen afirmando que la familia moderna con sus roles diferenciados,perpetúan el sistema patriarcal.
    Simón de Beauvoir dijo que el feminismo es una forma de vivir individualmente y luchar colectivamente.
    Esta forma de vivir el feminismo es mi lema y vocación.

    *Si las mujeres paramos,se para el mundo*

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  6. Quiero agradecerte desde aquí la magnífica exposición de tu conferencia en OFECUM el pasado día 24 de marzo sobre Oliver Sark, el médico que noveló los trastornos neurológicos y aportó tanto al concepto histórico y biográfico de la enfermedad neurológica y la capacidad de supervivencia, la voluntad de sobrevivir y sobrevivir como individuo único e inalienable de las personas que las padecen.

    Esta capacidad,dice en uno de los trece textos a los que hiciste referencia...es más fuerte que la enfermedad.

    La salud,la salud militante.es normalmente la que triunfa.

    Sé que para ti ha sido un gran referente y has conseguido,como él, hacer accesible el conocimiento de casos raros de la neurología científica a las personas que asistimos a tu conferencia.

    Gracias por tu esfuerzo e interés Rocío.
    Estuviste genial y estoy muy contenta de la asistencia que hubo y del debate posterior.

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  7. Querida:
    ¡Muchas gracias a ti por confiar en mí y proponerme la charla! De no ser por eso, no habría tenido lugar. Lamentablemente fue el día en que murió el gran Stephen Hawking. Pude homenajearlo, pues él también padeció un trastorno neurológico. ¡Qué héroe, luchando contra la ELA durante 54 años y sin derrumbarse! Bueno, alguna crisis tendría, imagino... ¡Pero fue más fuerte su afán de continuar; de hacer ciencia!!! He perdido a un referente: ¡cómo me ayudó, aunque nunca lo supiera! ¿O sí lo supo? :-)

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