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martes, 14 de junio de 2016

Festival Bach de Leipzig 2016. Día 5: cantando desde la cuna.


Hoy dejé a mi familia irse a Berlín. Yo desayuné tranquilamente en el hotel, tomé un taxi y me encaminé -o me encaminaron rodando- a la iglesia de san Pedro (Peterskirche). Allí hubo una misa cantada, con órgano, coro de chicas y una orquestilla. Tocaron algo moderno igual de Reger,, más piezas de un compositor barroco que no identifico.

Las misas protestonas... ¡Ah, no, la protestona soy yo, lo siento! Las misas protestantes, más que algo religioso, son una filosofía;; una reflexión sobre la vida,, y positiva; una lectura y un canto de toda la comunidad de fieles, que sigue entonando los corales luteranos que otrora usara Bach: ¡resulta emocionante! Además, todos entonan afinadísimo.

Después de la misa me esperaba mi amigo Nermin, al que no veía desde 2006. Fuimos a su casa y sobre la una salimos a comer a un restaurante de al lado, junto con mi otra gran amiga Anja, también conocida como Ania de Alemania. Me encantó poder compartir de nuevo un rato con quienes me acogieran tan amistosamente en 2006, en mi anterior y primera visita a esta ciudad literario-musical. ¡Oh, cuánto los quiero! ¡Cómo me han demostrado su cariño! ¡Cómo han estado ahí todo el tiempo, durante mis depresiones! Lejos,,, con mucho trabajo; mas aun así sacaban un rato de donde no lo tenían para dirigirme unas líneas de aliento,, consuelo y apoyo; apoyo del de verdad. Danke,, meine Lieben!!! Ich mag euch sehr, sehr, sehr, sehr, sehr!!!

A las cuatro hubo en la estación de tren dos conciertos: el primero con el Thomaner Nachwuschchor y el segundo con el coro 2 del Kinderchor des Mdr.

Los pre-thomaner son críos que estudian en el colegio Bach, preparan las pruebas de admisión para ingresar en el coro de santo Tomás y mientras van recibiendo clases de coro, de canto solista y de instrumento. Tienen seis y siete añitos y me encantó oírlos entonar corales de la Pasión según san Mateo: ¡qué tiernos! Me los hubiera comido,, ¡mis chiquitines!

El coro de la radio del centro de Alemania está dividido en cinco niveles, como los cuatro de los Tölzer. El coro de concierto es el 1 y Anja y yo escuchamos hoy al 2. Interpretaron canciones infantiles muy graciosas; en una imitaban a animales y nos pidieron a los del público que los secundáramos.

¡¡¡Bravo, bravo, bravo!!! ¡Así se motivva a la gente por la música: ¡así se entusiasmma! ¡Así se crea afición! Desde la cuna: ¡sí! Desde que nacen se les canta, se les toca, se los hace respetar la música.

He observado el silencio que reina en los conciertos de estas tierras: nadie tose, nadie se mueve, nadie carraspea, y cuando la pieza termina no hay ese ansia de aplaudir, sino que la gente necesita el aterrizaje, el cambio de dimensión;; igual que me pasa a mí. Me identifico tantísimo con la cultura alemana que, lo sé de cierto, algún día he de acabar allí; o aquí.

-Ja meine Liebe! Pero ahora tengo que hablar contigo.
-¿Qué quieres?
-¡Que regreses a tu loca época!
-¿por qué?
-¡No, no llores, no llores! ¡Es necesario! No podemos pasarnos el día escondiéndonos de la Historia. ¡Es duro, es difícil! ¡Corres el riesgo de desaparecer!
-¿Por qué?
-Porque está claro que, si lo que me cuentas es cierto, yo nno puedo salirme de la Historia. Lo tuyo es más fácil: desapareces así con 36 años, en circunstancias inexplicadas, y ya está. Temo que cometamos alguna torpeza y..., no sé, te volatilices de golpe. ¡Es peligroso! Mi fammilia tiene miedo, y otro de mis temores es que alguien se vaya de la lengua.
-Pero, Herr Bach... ¡Solo hasta que me vaya de Leipzig! ¿Qué te cuesta? Mañana, pasado y el otro; ¡ya está!
-Bueno, pero tienes que andar con muchísimo cuidado. No quiero disgustos.
-¿Y luego ya no nos veremos más?
-Hm... Igual agún día suelto, de noche, de incógnito; y no interfieras en la Historia: ¡para nada! ¡No hables del futuro! ¡No digas que me conoces! ¡No sepas leer! Huy... ¿Y ese bastón? ¡Es moderno! Te daré un callado de madera.
-De acuerdo, Herr Gott der Musik.
-¡¡¡Loca!!! ¿Qué dices? ¿Cómo osas utilizar así el nombre de Dios en vano? Nunca sabremos cómo es la música celestial; la mía es sólo un pálido reflejo. Dios me la dicta y yo lo sirvo con mi arte.
-¡No, no, no! Tu música es tuya, mérito tuyo. ¡Qué rabia! Ahora resulta que lo bueno que hace uno no cuenta porque se lo da Dios, y lo malo... ¡Lo malo sí es cosecha propia!
-Calla, viajera del tiempo. Me vuelves loco con esas ideas tan raras. Menos mal que vivo aquí y ahora y no en el siglo XXII como tú.
-¡El XXI!
-Bueno, lo mismo da: igual de trastornados serán unos que otros.
-¿Esa imagen tienes de mí?
-No te ofendas, meine Schülerin. Tú eres en cierto modo una excepción; una rara avis.
-Sí: por eso me siento tan sola e incomprendida.
-De acuerdo, lo sé, pero deja el victimismo: busca a gente que te valore y, si realmente ése es tu deseo, vente a vivir a Alemania.
-¡Sí, lo haré! ¡Oh Herr Bach!
-¿Otra vez llorando? ¡El arroyo soy yo! ¿Te crees una cascada de lágrimas? ¡Basta! Venga, tengo el remedio perfecto: ¿quieres una improvisación sobre el coral "Mit Fried und Freud"?
-¡Síííííí!

1 comentario:

  1. ¿Y si en lugar de trasladarte tú a la época suya... y si en lugar de eso le diéramos la vuelta a la tortilla y fuera él quien viera lo que somos ahora? No sé... por imaginar jajaja... ¿Qué perdemos? ¡Graaande Rocío, graande como siempre!

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