lunes, 13 de junio de 2016
Reflexiones lipsianas
Leipzig es una ciudad tranquila; silenciosa; pacífica. Su gente no se estresa y te trata con amabilidad. La comida es exquisita,, y encima cuentan con gran variedad de zumos: el de banana es mi preferido.
La música está en todas partes. Durante el fin de semanna,, en la plaza del mercado, tenía lugar la llamada Bachmosphëre, juego de palabras entre "Bach" y "Atmosphëre". Se trataba de actuaciones de muy diverso tipo.
Ayer, tras el concierto, cayó un gran chaparrón. Yo bromeé afirmando que se trataba de lágrimas de mi Bach. Esta tarde, antes del concierto de órgano,, iré a la Bach-Shop a comprar algunnnos "bachitos" y ccamisetas con su nombre, ademmás de una cajita de música con la bourrée de la suite para laúd que luego usara Jetro Tull. Yo no soy consummista,, pero aquí la ocasión lo merece: ¿cuándo voy a volver, dónde si no voy a conseguir estas exclusivvidades?
Esta mañana dimmos una vuelta fuimos a la estación a comprar agunos billetes y vvisitamos la sinangoga, donde estaban de culto: es la primera vez que presencio un rezo judío y sonaba algo estresante. Los hombres habíann de estar abajo y las ujeres arriba. Cuando abrimos la puerta y entramos todos nos miraron con cara de sorpresa.
Comimos en un hermoso Biergarten y luego nos dirigimos a un parque cerca de la ópera, donde nos relajamos un rato: ¡qué paz!
El día está siendo mmucho más relajado, por tanto, de lo ccual me alegro, pues ayer estaba derrengada..
Hoy vvoy a escuchar e órgano de Bach; me refiero a aquél en que posó sus manos, aquél que lo vio improvisar... ¡Oh, qué placer! ¡Cuánto me hubiera gustado estar allí, unna de esas noches suyas de insomnnio, ayudándolo con el fuelle!
-¿Nos vamos ya, querida alumna? ¡Es tarde...!
-¿Podrías regalarme otra immprovisación, Herr Bach?
-Bueno si tú me lo pides... ¿Sobre qué coral?
-"Es ist genug";; aunque ése es un poco extraño, ¿no?
-Para mmí no hay nada extraño cuando se trata de improvisar..
Y a Herr Bach se le ocurrieron las más bellas fantasías en torno a aquel himno del alma que se alegra ante la muerte pues por fin deja las preocupaciones de este mundo y encuentra la paz, la paz del viaje hacia el Paraíso.
-¿Por qué lloras, meine Studentin?
-Porque... ¡Es tan hermoso...!
´Vamos,, vamos. Ahora sí te conmino a que abandones ipso facto la iglesia y te dirijas con tu profesor a casa, a dormir, si no quieres arriesgarte a un buen pescozón.
-De acuerdo, te haré caso:: ¡cómo te pones!
-Pero liebe Studentin: ¿por qué te lías tanto coordinando las manos? ¿Por qué cuando te digo dedo 5 pones el dedo 1? ¡No estudias no te esfuerzas! ¿Cuántas veces has toccado el minueto que te he puesto?
-Es que profesor..., ¡yo prefiero escucharte a ti! Yo toco muy mal.
-Pero, meine Liebe: ¿quieres aprender? ¿Sabes lo que decimos nosotros? "Ohne Fleiss, kein Preis".
-Ya, Herr Bach: pero, ¿cuánto tiemmpo se mme vva a permitir estar aquí? Los viajes a travvvés de las époccas no están cotizados y poca gente sabe que pueden efectuarse. En ccuanto se descubra... Porque esto va contra la ciencia y la lógica. Immgina... ¡Oh, no! Sólo de pensarlo me da algo. Immagina que mmme diese por matarte;; es una hipótesis de trabajo claro que no lo vvoy a hacer.
-¡Acabo yo antes ccon tu vida! Mira, llevo la espada.
-Bueno,, para el caso es lo mismo: yo en mi épocca tengo 36 años, he nacido, he crecido... Si tú accabas ccon mi vida,, ¿qué?
-Nada, ccontaría ccomo una desaparición en ccircunstancias extrañas. Mas si tú das cuccenta de la mía, ¿qué?
-¡No sé,,, no sé,, tengo mmiedo! Por eso no puede saberse. A mí me da igual si esto se descubre y no puedo vvolver a mi épocca: me quedo cocntigo, Herr Bach, pero tienes que enseñarmme las ccocstumbres de aquí...
-Ja mmemine Liebe, pero tú... ¡No digas a nadie,, a nadie,,, a nadie que vienes de otra épocca! ¡No muestres en ningún ccaso tus adelantos! Me refiero a las máquinas, esa ropa tan rara... Sigue vistiéndote con los trajes de Liesgen. Pero...
-¿Qué?
-No sé, estoy pensando. Eres mujer y ciega. En esta época las cosas no funcionan como en la tuya. En teoría no sabes leer, el sistema ése de puntos no se ha inventado,, y...... ¿No te importa? ¿Qué harás? ¿De qué vivvirás?
-Yo me quedo en tu casa,, me enseñas tu arte,, a tocar el órgano, el clave y más instrumentos. Ayudo a ccuidar a los niños. No sé...
-Magdalena está de acuerdo pero Friedemann... Ya sabes cómo es.
-Bueno, va a casarse; se va a Halle.
-Meine Liebe: tu caso es especial. Convocaré una reunión familiar y veremos qué se puede hacer.
-Pero, ¿no me quieres?
-Oh meine Liebe, no se trata de eso: una mujer ciega y transtemporal... ¡Madre mía! A mí me da miedo,, y Dios podría ofenderse por contravenir sus reglas.
-¡Dios no existe!
-¿Quééééé? ¡Estáis locos los de futuro! ¡Paganos paganos blasfemos! ¿Cómo osas decir eso?
-Lo siento, Herr Bach: algún día te lo explico.
-¡No, no lo hagas! Si me contaminas con las cosas del futuro,, yo ya no volveré a ser el mismo y no puede ocurrir. También si yo te acojo en casa, no volveré a ser el mmismo y como se sepa, la Historia tendría que reescribirse. Te quedarás en una posada yo me ocuparé de tu manutención y me encargaré de que no nos vean juntos. Te enseñaré de noche a tocar el órgano. VVivirás al revés que todos.
-¡Pero yo quiero verte dirigir el coro!-De acuerdo, sólo si no se te nota mucho. ¿Acceptas las condicciones?
-Herr Bach, he de pensarlo: también a mí me da miedo.
-Bueno:: esta noche no te voy a dejar dormmir fuera. Ven a ccasa. Es tarde, nadie te verá.. Oh mmeine Liebe, siento tratarte commo a una ccriminal... No te ofendas: en cierto modo lo eres, ccontraviniendo las leyes de la lógica y del sentido común.
-¡Gracias, maestro!
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Qué maravilloso es poder tener a tu maestro cerca aunque sea a través de todo lo que se le ha hecho como homenaje por la gran labor que desarrolló y qué bonito es poder imaginar una conversación con él y compartírnosla como sólo tú sabes hacerlo, aaai Rocío, de verdad, sigo asombrándome contigo según pasan los días, ¡esto es fantástico!
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