miércoles, 29 de junio de 2016
Simulo tetraplejia en una silla anfibia
Hoy quería ver si se puede disfrutar del baño en una silla anfibia, como tetrapléjica está claro que sí, y la sensación es agradabilísima: Uno se siente acunado. Claro que había inconvenientes: me estaban molestando los pelos en la cara y no me los podía quitar, y no quería pedírselo a mis sufridos socorristas porque demasiado tenían ya.
-venga, tápate la nariz que voy a hacerte una ahogadilla
-no, no puedo: soy tetrapléjica. Hazlo tú, por favor.
Estaba a su merced, pero me trataron con muchísimo cuidado.
-Niña, deja ya de simular, bájate de la silla.
-de acuerdo: al grito de " Lázaro, levántate y anda ".
Así fue: salte de mi vehículo y comencé a nadar frenéticamente, y a dar botes. Cualquiera que me hubiese visto pensaría…, ¿Un milagro?
Después de secar me volví a simular un poco.
Por favor: Tres hurras para los socorristas que atienden a discapacitados en las playas.
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Vitalista, luchadora, con ganas de experimentar cosas nuevas, esta es la Rocío que yo quise ver siempre y ahora, para mi alegría, puedo contemplar diariamente en sus maravillosos escritos. Te dije tantas veces que se podía y ya ves, has podido y de qué manera. Sigue así reina, ¡que no decaiga!
ResponderEliminarGracias por tu apoyo. Siempre afirmas que no tienes nada que decir. Si yo opinaba igual, no habría escrito este blog. Me gustaría que mis artículos fuesen excusa para plantear una especie de foro, para que, como Richard, haya personas que aclaren determinados conceptos; para que haya diversidad y libertad de opinión. Pero nada, sigue siendo bastante aburrido. Prácticamente tú eres el único que escribe. Una pena. Odio hablar conmigo misma.
EliminarGracias a todos los lectores en general por su santa paciencia.
Hola valiente y comprometedora Rocío, para comprender al otro es necesario meterse en sus zapatos, en este caso la silla acuática.
ResponderEliminarEstás guapísima en la foto.
Sigue explorando y experimentando.
María Jesús
Te adoro, querida mía, y echo de menos nuestras jornadas peripatéticas. Sería tan enriquecedor hacer un viaje contigo..., tengo tanto que aprender de ti...
Eliminar!GRACIAS, mi poeta! Sigue cantando a la Luna.
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